lunes, 6 de junio de 2011

LAS FARRAS SOCIALISTAS DEL AMIGUITO DEL ALMA DE ZAPATERO: Javier de Paz, derroche en tiempos de crisis

Los delantales crujen en el jardín del palacio de los duques de Pastrana. Es una preciosa residencia, declarada monumento de interés cultural en 1979. Entre dos arbustos tenuemente iluminados aparece una bandeja.

- ¿Taquito de sashimi de salmón?

El aire endulzado por los perfumes femeninos da bandazos entre las risas. En ese jardín octogonal decorado con velas de colores, en una noche de las que anticipan un verano caluroso, la crisis es un animal extraño. Una vez uno de los presentes vio asomar sus orejas rojas, pero enseguida desvió la vista hacia unos brotes verdes que había al otro lado. El pinchadiscos impone el arrullo de Devendra Banhart: «La gente buena sólo goza, nunca hay pena. Pa' qué sufrir».

Al fondo, más alla de las cabezas de los 150 invitados a la velada, unos padres orgullosos dan la bienvenida a su hija que acaba de cumplir 18 años. Los asistentes aplauden. Algunos son compañeros de clase del colegio, pero también están los hijos de algunas de las mejores familias de Madrid. Es una ocasión única para introducir a la joven en sociedad. Ella, vestida de largo con un traje claro, la piel tostada por las plácidas tardes al sol sobre la hierba, se pasea por el jardín saludando a sus invitados. Está radiante.

No es una Martínez-Bordiú. No es una Alba ni una Koplowitz ni siquiera es la hija de un terrateniente. Hace tiempo que las costumbres más rancias de la derecha ya no le son exclusivas. Se trata de María de Paz, la hija mediana de Javier de Paz (52 años), asesor en la sombra de José Luis Rodríguez Zapatero, miembro del Comité Federal del PSOE, líder de sus juventudes en 1984, ex obrero de la construcción de puño en alto, al que el socialismo ha tornado en desbordante capitalista.

La salida a bolsa de Atento esta semana ha permitido conocer el sueldo de De Paz por algunos de sus puestos como el de consejero y asesor de Telefónica. El amigo del presidente se ha asegurado un mínimo de 1,43 millones de euros anuales. Además, ocupará un flamante puesto en los consejos de administración de varias filiales de Telefónica, entre otras la de Argentina, la de Sao Paulo y Telefónica Internacional, donde compartirá mesa con Iñaki Urdangarín.

¿AMNESIA SOCIALISTA?

Ser socialista, claro está, no es un impedimento para percibir un sueldo astronómico. Ni siquiera para hacerlo en plena crisis económica. Pero hay dos detalles que hacen sospechar que hace tiempo que De Paz enterró la conciencia en el mar.

Por un lado, el alarde de ostentación del festín que, según ha podido saber LOC, ofreció a su hija por su cumpleaños en un palacio que suele reservarse para celebrar bodas, mientras centenares de jóvenes se manifestaban contra el sistema político, económico y social. La factura podría ascender a los 25.000 euros (el precio del cubierto con la empresa de catering que ostenta el servicio en exclusiva parte de los 120 euros).

Por otra, el hecho ineludible de que la empresa de la que cobra semejante jornal se dispone a despedir a nada menos que 6.500 empleados en un ERE (precisamente, la misma semana en que se conocían los sueldos de los consejeros de Atento, la multinacional reculó en su intención de incrementar el número de despidos a 8.500). ¿Insolidaridad o amnesia?

En 1984, un joven Javier de Paz, que había dejado sus estudios de Derecho (nunca los terminó; en su lugar se diplomó en Información y Publicidad) y trabajaba en la construcción, utilizaba un discurso bien distinto cuando criticaba al Gobierno de Felipe González por no practicar una política demasiado agresiva para terminar con el desempleo juvenil. «La juventud, desgraciadamente, se está haciendo conservadora. Sólo se moviliza por problemas estrictos y concretos. Hay que sindicalizar a los universitarios».

Y añadía algo que no resulta ajeno a los jóvenes de hoy a los que De Paz ya no se dirige: «Hay que reincidir en la defensa de los intereses de la juventud. En la actualidad, los jóvenes no tienen trabajo, por ello corremos el riesgo de que todo el descontento que antes se centraba en temas concretos se haga ahora más genérico, se dirija contra el sistema». Profético. De Paz era un veterano en la militancia del PSOE, donde ingresó con tan sólo 15 años de la mano de su tío Jesús Mancho, hoy miembro de la ejecutiva confederal de UGT.

El otro día en los jardines del palacio de los duques de Pastrana, el también vallisoletano De Paz lucía un traje y zapatos brillantes. Se acabaron los tiempos de miseria. Su padre, también trabajador de construcción, pasó a ser concejal por Valladolid. «Por tanto», decían entonces los diarios nacionales, «no resulta extraño que Javier de Paz vea su futuro en la política». A lo que él, todo intenciones, respondía: «No soy secretario general de las juventudes socialistas porque considere que esto pueda garantizar mi futuro».

LA CARRERA POLÍTICA

Cuando Zapatero se instaló en Madrid con su familia en 2001, él era el adjunto a la Presidencia y director de Estrategia Corporativa del Grupo Panrico Donuts. Ocupaba el puesto desde 1996, cuando dejó la dirección general de Comercio Interior del Ministerio de Comercio y Turismo. De Paz vivía en Las Rozas y, enseguida, se convirtió en el apoyo del nuevo secretario general del PSOE. Su mujer, Ana Pérez Santamaría, funcionaria del Inem, y conocedora del drama diario de muchos españoles, fue quien recomendó al matrimonio presidencial que se comprara una casa junto a la suya en Las Rozas.

Santamaría ejerció de guía; hizo las gestiones para que las niñas se matricularan en el mismo colegio que las suyas. De hecho, Laura Rodríguez, la mayor de las hijas del presidente, figura como amiga de María de Paz en su perfil en las redes sociales.

Hoy la funcionaria del Inem es, además, la jefa de la secretaría de Sonsoles Espinosa.

Poco después de que José Luis Rodríguez Zapatero ganara las elecciones generales en 2004, De Paz fue nombrado presidente de la empresa nacional MERCASA, dependiente de SEPI y del Ministerio de Agricultura. Dejó el puesto en diciembre de 2007 por incompatibilidad con su nuevo cargo en Telefónica.

Un buen trabajo para que a su familia no le falte de nada. Sus tres hijas, Silvia, María y Ana, han estudiado en buenos colegios y han completado su formación con cursos en el extranjero. En Facebook cuentan sus intereses: «Una fuerza sobrehumana me obliga a comprar zapatos, Madrid 2-Barcelona 6 o apagar la luz del pasillo y salir corriendo para que nadie te asesine». Cosas que deben de ocurrir en las casas grandes...

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