jueves, 31 de diciembre de 2009

martes, 29 de diciembre de 2009

Los ingresos del Estado caen un 47% y vuelven a niveles de los años 80

Joder, estoy enganchaico al internet. He estao 2 días sin internet por las lluvias o yo que sé y no veas como se nota...

2009 ha sido definitivamente el ‘annus horribilis’ de la Hacienda Pública española. Nunca antes se había producido un fenómeno similar: una caída de la recaudación tributaria de nada menos que el 47,8% respecto del año anterior. Eso quiere decir que el Estado ingresará este año en relación al Producto Interior Bruto (PIB) lo mismo que en los últimos años 80 en términos relativos.

Los datos dados ayer a conocer por la Intervención General revelan, en concreto, que los recursos no financieros del Estado (sin tener en cuenta el resto de administraciones territoriales) ascendieron durante los once primeros del año a 97.194 millones de euros, lo que supone un 22% menos que el año anterior en el mismo periodo. Sin embargo, si se elimina las cotizaciones sociales (a las que el Estado tiene que hacer frente por ley), se estaría hablando de una caída de los ingresos impositivos cercana al 48%, lo que refleja la intensidad del ajuste fiscal.

El servicio de estudios del BBVA ha estimado, de hecho, que la ratio de ingresos sobre PIB pasará del 41,1% registrado en 2007 a un 35,6% a finales de 2009. Los gastos, por el contrario, se situarán claramente por encima del 45% del Producto Interior Bruto (PIB), lo que dará origen a un déficit presupuestario que se situará cerca del 11% del PIB. La magnitud de la disminución de los ingresos públicos ha sido muy superior al deterioro del PIB nominal, dice el BBVA, hasta situar “los recursos de las administraciones públicas españolas en niveles de finales de los 80”.

La caída de los ingresos no tiene parangón, y para llegar a esta conclusión sólo hay que tener en cuenta que este año -en términos absolutos- Hacienda recaudará incluso menos que en 1999, lo que da idea de la debacle fiscal. Ese año el Estado (operaciones no financieras) recaudó 109.643 millones de euros, pero es muy probable que con sólo repetirse las cifras del año pasado un decenio más tarde no se alcance ese nivel de ingresos públicos. Para hacerse una idea de lo que significan esas cifras sólo hay que tener en cuenta, según datos del Banco de España, que en el año 2007 los recursos del Estado (incluyendo no sólo los ingresos en caja sino también los compromisos de pago) ascendieron a 165.010 millones de euros. Es decir, que en apenas un par de años se ha producido un brutal descenso de la recaudación de casi 60.000 millones de euros.

Crisis fiscal

La crisis fiscal, por lo tanto, no tiene sólo que ver sólo con el aumento de los gastos derivado de la recesión, sino sobre todo con el desplome de los ingresos públicos, principalmente debido al estallido de la burbuja inmobiliaria, que durante años regó de cuantiosos recursos a las administraciones públicas. Sin embargo, la fiesta se ha acabado. El sistema tributario no da más de sí.

Según los economistas del BBVA, la elasticidad de los impuestos (relación entre recursos públicos y PIB) se situará en el bienio 2008-9 en 0,2 puntos, una cifra ridícula si se compara con los 1,2 puntos registrados entre 1996 y 2007, los años del boom económico. Es decir, que por cada 100 puntos que crece el PIB, los ingresos están aumentando en estos momentos 102 puntos, cuando el ciclo anterior se alcanzaba los 120 puntos.

Incluso si la comparación se hace con lo que sucedió entre 1990 y 1995 (años en los que medió una recesión) los resultados son desalentadores. Durante esos años, la elasticidad fiscal fue de 0,9 puntos, cuatro veces más que ahora. Es más, entre 1971 y 1989 la relación entre PIB y recaudación fiscal –la elasticidad- fue de 1,3 puntos, lo que indica que la Hacienda Pública se encuentra en la peor situación desde hace al menos 40 años.

Según los datos del BBVA, si se analizan los recursos de las administraciones públicas por componentes, se observa “una caída generalizada de todas las partidas de ingresos, salvo en las cotizaciones sociales”, que se han mantenido prácticamente estables alrededor del 13% del PIB.

Nada menos que tres puntos porcentuales de la caída de los ingresos se han concentrado en los recursos procedentes de los impuestos sobre la producción, básicamente en el IVA, cuya recaudación en relación al PIB ha caído en torno a dos puntos porcentuales desde 2007. Por su parte, sostiene el BBVA, los impuestos corrientes sobre la renta (destacando, entre ellos, el Impuesto sobre Sociedades) han contribuido a la reducción de los ingresos públicos en dos puntos y medio del PIB, influidos en buena medida por las rebajas fiscales que se concentran en estas figuras y las disminuciones en las plusvalías.

Previsiones

A la luz de estos datos, parecen remotas las probabilidades que tiene el Gobierno de cumplir sus propias previsiones de situar el déficit del conjunto de las Administraciones públicas en el 9,5% del PIB en 2009, porcentaje equivalente a 100.360 millones de euros. Según la comunicación enviada a Bruselas el pasado 30 de septiembre, de esta cantidad, 85.690 millones corresponden al Estado, que hasta noviembre ha generado ya un déficit de 71.524 millones de euros.

Tradicionalmente, diciembre es un mal mes desde el punto de vista de las cuentas públicas, por lo que con sólo repetirse lo que ocurrió en 2008 se estaría hablando de un desequilibrio algo superior a los 88.120 millones de euros. Para las comunidades autónomas, el Gobierno ha previsto un déficit del 1,5% del PIB (15.850 millones de euros), algo que parece poco probable lograr teniendo en cuenta que para 2010 su techo de déficit se sitúa en el 2,5%. Por su parte, el desequilibrio de los ayuntamientos debería llegar a los 3.200 millones de euros (el 0,3% del PIB). Mientras que la Seguridad Social debería tener un superávit de 4.380 millones (el 0,4% del PIB).

martes, 22 de diciembre de 2009

lunes, 21 de diciembre de 2009

Credit Default Swap

Sovereign Wideners
Entity Name 5 Yr Mid Change (%) Change (bps) CPD (%)
France 33.47 +9.96 +3.03 2.98
Germany 27.49 +8.56 +2.17 2.48
Spain 118.43 +8.27 +9.05 10.28
Italy 115.96 +7.72 +8.31 10.07
Portugal 91.98 +6.40 +5.53 7.95
Norway 18.52 +5.02 +0.88 1.67
Belgium 56.67 +4.09 +2.22 5.00
United States of America 38.32 +4.03 +1.48 3.37
http://www.cmavision.com/market-data

Gráficas
















El fin del boom inmobiliario y sus consecuencias

José Manuel Naredo

Introducción.
La larga duración de la fase alcista del presente ciclo indujo a considerarla como algo normal y permanente. De ahí que la irrupción de la crisis no sólo haya causado perplejidad sino que ha tendido a percibirse como algo raro y transitorio, olvidando que
la intensidad del auge suele presagiar la intensidad del declive. En lo que sigue trataremos de escapar a estos espejismos considerando la crisis como mero fruto de los desequilibrios provocados por la euforia económica precedente. A la hora de interpretar la crisis, hay analistas que subrayan los aspectos más nuevos o peculiares que la han provocado y otros que hacen hincapié en lo que de común tiene con las crisis anteriores.
En todas las crisis suelen convivir dimensiones nuevas y antiguas. En lo que sigue empezaré por presentar el trasfondo general en el que se produce esta crisis marcado por mutaciones del capitalismo de las que no se suele hablar, ya que vienen eclipsadas por la ideología económica dominante con sus enfoques de la producción y el crecimiento. Centraremos después la reflexión en la burbuja inmobiliaria, habida cuenta el peso tan determinante que ha tenido en nuestro país durante el auge y que está teniendo y tendrá en el declive del presente ciclo económico.

Trasfondo de la crisis: la deriva del capitalismo hacia la adquisición de riquezas preexistentes Rara vez se habla de que la crisis actual se ve agravada por la deriva que ha venido mostrando el capitalismo hacia la adquisición de riquezas preexistentes (Naredo, 2007) acentuando la dimensión especulativa de la mayor parte de las inversiones acometidas durante el auge. Éstas se han dirigido mayoritariamente a financiar operaciones de compraventa de títulos, empresas, terrenos,… o inmuebles, más orientadas a obtener plusvalías que a producir bienes y servicios asociados a una mejor calidad de vida de la población. En nuestro país la burbuja inmobiliaria y sus derivados constructivos han llegado a absorber cerca del 70 % del crédito al sector privado y a extender el virus de la especulación por todo el cuerpo social, a la vez que se sobredimensionaba el suelo urbanizable y el parque de viviendas secundarias y/o desocupadas, ocasionando una superdestrucción de los asentamientos, los ecosistemas y los paisajes precedentes. Lo que hace que todo el mundo sufra el “deterioro ambiental” y que muchos tengan que acabar pagando el aquelarre de beneficios y plusvalías obtenidos por unos pocos durante el auge, en un juego económico que necesitaba expandirse continuamente para evitar su derrumbe. Esta huída hacia adelante reclamaba una creciente necesidad de financiación que sentenciaba al presente ciclo alcista a morir, tarde o temprano, por estrangulamiento financiero (como hemos venido advirtiendo desde hace tiempo en diversas ublicaciones, de las que remitimos a la última: Naredo, Carpintero y Marcos, 2008, Cap. I. “La revalorización de la vivienda y su financiación”, pp. 73-78).
Sin embargo, la ideología económica dominante dificulta la comprensión de las mutaciones que ha observado el capitalismo al desplazar su actividad desde la producción de riqueza hacia la adquisición de la misma, con ayuda de la financiarización de la economía y del recurso a operaciones y megaproyectos apoyados
por el poder. Pues la metáfora de la producción oculta la realidad de la extracción y adquisición de riqueza. Y la idea de mercado soslaya la intervención del poder en el proceso económico. El desplazamiento y la concentración del poder hacia el campo
económico-empresarial hace que hoy existan empresas capaces de crear dinero, de conseguir privatizaciones, recalificaciones, concesiones, contratas,…y de manipular la opinión, polarizando así el propio mundo empresarial. Si antes el Estado controlaba a
las empresas ahora hay empresas y empresarios que controlan y utilizan el Estado y los media en beneficio propio, mostrando que el capitalismo de los poderosos es sólo liberal y antiestatal a medias. Es liberal para solicitar plena libertad de explotación, pero no
para promover recalificaciones y concesiones en beneficio propio. Y es antiestatal para despojar al Estado de sus riquezas, pero no para conseguir que las ayudas e intervenciones estatales alimenten sus negocios. De ahí que calificar de (neo)liberal al capitalismo de los poderosos es hacerle un inmenso favor, al encubrir el intervencionismo discrecional tan potente en el que normalmente se apoya, permitiendo que los nuevos caciques vayan impunemente por la vida presumiendo de (neo)liberales.
Intervencionismo que ha culminado al calor de la crisis con las suculentas ayudas a las empresas que evidencian la ley del embudo, consistente en privatizar beneficios y socializar pérdidas, que están imponiendo los nuevos caciques al conjunto de la población.
La actual refundación oligárquica del poder plasmada en un neocaciquismo disfrazado de democracia ha desatado una nueva fase de acumulación capitalista (Naredo, 2007). En esta fase los más poderosos son capaces de emitir acciones y otros títulos que suplen las funciones del dinero contando, así, con medios de financiación sin precedentes que les permiten adquirir las propiedades del capitalismo local y del Estado, y con el poder necesario para promover, con ayuda estatal, megaproyectos de dudoso interés social y operaciones extremadamente lucrativas. El sistema monetario internacional facilita la creación de ese dinero financiero que se sostiene a base de atraer el ahorro, incluso de los más pobres, hacia la compra de los pasivos no exigibles que
emiten los más ricos, generando procesos especulativos que acentúan los vaivenes cíclicos y la volatilidad de las cotizaciones. En esta fase, en la que predomina la adquisición sobre la producción de riqueza, los beneficios empresariales y el crecimiento de los agregados económicos de rigor, ya no suponen mejoras generalizadas en la calidad de vida de la mayoría de la población, que tiene que sufragar el festín de beneficios, plusvalías y comisiones originado, acentuando la polarización social. Pero la
sociedad, adormecida por la ideología dominante, sigue sin preocuparse del contenido concreto y las implicaciones de esos agregados monetarios cuyo crecimiento indiscriminado desea y defiende.
La deriva hacia la adquisición de la riqueza se produjo de la mano de la hiperdimensión del juego inmobiliario-financiero y demás procesos especulativos que, por su propia naturaleza, desembocan en situaciones críticas, al ser económicamente insostenibles. Este panorama resulta socialmente aceptable en la medida en la que una
ingente liquidez nueva alimenta la máquina corrupta del crecimiento económico, de cuyas migajas viven también los pobres. De ahí que cuando el pulso de la coyuntura económica decae se quiera “inyectar” más y más liquidez a toda costa ―como muestra la reciente cumbre del G-20― para que la fiesta de adquisición de riqueza continúe y rebose lo más posible, alcanzando a buena parte de la población. El crecimiento actúa, así, como una droga que adormece los conflictos y las conciencias y crea adicción en todo el cuerpo social. Pero cuando decae o se para el malestar resurge con fuerza, invitando peligrosamente a mirar hacia atrás y a ver las ruinas que ha ido dejando, jalonadas de grave deterioro ecológico, de angustioso endeudamiento económico, de bancarrota moral y de severo empobrecimiento social al haber acentuado el servilismo, espoleado por la envidia y la avaricia.
(...)

España líder del auge inmobiliario.
(...)
Cuando España llegó a disponer ya de más viviendas y kilómetros de autopista per capita que en todos los otros países europeos, el auge inmobiliario empezó a acusar síntomas de agotamiento. No han sido los límites ecológicos, ni los límites de una demografía que no alcanza a habitar un parque de viviendas cada vez más sobredimensionado los que acabaron frenando el presente boom inmobiliario, sino los límites financieros, como había ocurrido en los ciclos anteriores. Pero la novedad que explica la notoria intensidad y duración de este auge inmobiliario arranca de que, con la desaparición de la peseta y el advenimiento del euro, desapareció también el freno que planteaba a las coyunturas alcistas la limitada capacidad de financiación disponible. Estas morían tradicionalmente porque el endeudamiento interno y externo erosionaba la cotización de la peseta y obligaba a devaluarla para restaurar el equilibrio exterior y a aplicar programas de “ajuste” para recortar el excesivo endeudamiento. Sin embargo, actualmente, el paraguas del euro ha permitido prolongar el endeudamiento de la economía española hasta límites difíciles de imaginar, a la vez que el “maná” de los fondos europeos posibilitó cuantiosas inversiones en infraestructuras. Por primera vez,
no solo demandaron financiación neta las empresas, sino hasta los propios hogares, para financiar el boom inmobiliario, que acusaron por cuarto año consecutivo un déficit de financiación neta cuya financiación exigían a la banca, en vez de ofrecérsela como había
sido habitual: los créditos que solicitaban los hogares superaron así sistemáticamente al aumento de sus depósitos. Además, con la solvencia del euro aumentó el peso de la inversión extrajera en inmuebles, que se sumó a la financiación interna para reforzar el
auge inmobiliario a costa de hacerlo más dependiente de la coyuntura internacional. Precisamente la caída de la inversión extranjera en inmuebles, unida a la salida de la inversión inmobiliaria española hacia el exterior, anticiparon con años de antelación el actual declive inmobiliario interno, más tarde reforzado por la crisis hipotecaria de Estados Unidos, la desconfianza de los inversores y el enfriamiento de la coyuntura
económica internacional.

España líder del riesgo inmobiliario.
Llegados a este punto, cabe subrayar los riesgos en los que se ha ido incurriendo para financiar el auge. En primer lugar hay que recordar que, si bien la subida de precios protagonizó en España el auge inmobiliario de los ochenta, la construcción y el endeudamiento tuvieron entonces escasa incidencia. Pero no ocurre lo mismo en el ciclo actual en el que la importante construcción nueva demandó una financiación adicional
sin precedentes, haciendo que el endeudamiento hipotecario de los hogares respecto a su renta disponible se situara al final del ciclo por encima del de todos los países de nuestro entorno, incluido Estados Unidos (Naredo, Carpintero y Marcos, 2007 y 2008).
Y el riesgo de los hogares se acentúa por el hecho de que España es el país europeo con mayor porcentaje de crédito hipotecario contratado a interés variable, en momentos en los que los tipos de interés alcanzaron mínimos históricos. Por otra parte, si al crédito
hipotecario de los hogares se añade el contraído por las empresas inmobiliarias y constructoras, se llega a la conclusión de que la exposición de cajas y bancos al riesgo inmobiliario es mayor en España que en todos los países de nuestro entorno, incluido
Estados Unidos. Conscientes de este riesgo, las entidades financieras han conseguido “titulizar” más de un tercio de su deuda hipotecaria, traspasando así el riesgo a los compradores de los títulos emitidos, aunque la mayor conciencia actual de este riesgo
ha encarecido y frenado este proceso.
(...)

Perspectivas: precios inmobiliarios y actividad.
¿Hasta qué punto están cayendo y hasta dónde caerán los precios de la vivienda?; ¿hasta qué punto y hasta cuándo se traducirá el desplome inmobiliario en recesión económica generalizada?; ¿quién acabará pagando los platos rotos de la fiesta inmobiliaria? Estas preguntas arreciaron desde que la coyuntura económica evidenció su caída desde principios de 2008.
Cuando el mercado inmobiliario se enfría, el número de operaciones disminuye y el período de venta se dilata, haciendo que los oferentes más necesitados de liquidez acaben vendiendo sus viviendas a precios muy inferiores a los de tasación y también de
los precios de los anuncios. Pero en nuestro país las caídas de precios, ya observadas por los operadores del sector, no han tenido un reflejo estadístico claro e inmediato. Este contexto de opacidad informativa tiende a evitar ajustes bruscos vía precios, al mantener
ciertos “precios de consenso” que se supone valen las viviendas por encima de los de mercado a costa de forzar la iliquidez del patrimonio inmobiliario así valorado y de prolongar artificialmente los períodos de venta, para que la inflación diluya el ajuste a lo
largo del tiempo. Pero a la vez que se trata de evitar el ajuste vía precios, se fuerza sin querer el ajuste en cantidades, reflejado en el desplome de la construcción de vivienda nueva observado en el año en curso. Entidades del sector estiman que en 2008 se construirán seiscientas mil de viviendas menos que el año anterior con un recorte de más de un millón de empleos.
(...)
En primer lugar hay que precisar que el índice oficial de precios de la vivienda que elabora trimestralmente el Ministerio de Vivienda (IPVmv) no recoge verdaderos precios de mercado, sino precios que imputan a las viviendas las empresas de tasación de inmuebles. El hecho de que las empresas de tasación trabajen mayoritariamente para las entidades financieras y que éstas no vean con buenos ojos que los precios de tasación caigan por debajo de los valores hipotecados, hace dudar de la objetividad de esta fuente en momentos de declive.
(...)
Pero subrayemos antes que el mencionado oscurantismo de los precios inmobiliarios parece impropio de un país que se dice moderno y desarrollado, y en el que el mercado inmobiliario ha tenido una importancia económica tan manifiesta. No cabe imaginar que solo hubiera una estadística de precios de las operaciones bursátiles, que elaboraran cada tres meses determinadas empresas de tasación encargadas de atribuir valor a las acciones y que, para colmo, esas empresas dependieran o, incluso, estuvieran participadas por las entidades que financiaban esas operaciones. Se ha hablado mucho de la responsabilidad de las empresas extranjeras de rating en la desconfianza que se extendió en el mundo empresarial durante la crisis actual, pero poco o nada se ha hablado de las empresas españolas de tasación: se veía la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio. Al igual que se ha hablado mucho de las hipotecas subprime, o de alto riesgo tan atractivamente “estructuradas”, y de que la banca española había
permanecido bastante indemne a ese producto, presuponiendo que ello era debido a que nuestra normativa era mejor y nuestros banqueros más hábiles que los de los otros países afectados. Con ello se oculta que si las entidades financieras españolas no
compraron apenas esos “atractivos” productos fue, sobre todo, porque trataban denodadamente de obtener financiación neta del exterior, titulizando sus propias hipotecas al igual que los EEUU, y no de colocar fuera un exceso de liquidez comprando títulos. Las entidades financieras españolas no necesitaban comprar hipotecas negociadas en EEUU, cuando la demanda interna de hipotecas crecía como la espuma y necesitaban endeudarse fuera para poder financiarlas in situ. Ciertamente, las entidades financieras españolas no necesitaban comprar hipotecas subprime, o de alto riesgo, fuera cuando apenas daban abasto para conceder las propias hipotecas “subprime a la española” ―al decir del fino analista y amigo Anselmo Calleja (Calleja, 2008)― pues
hipotecas de alto riesgo son, en general, las contratadas a tipo de interés variable cuando los tipos eran anormalmente bajos, con tasaciones que superaban normalmente los precios efectivos de mercado y con una actividad desbordante y una ocupación de la
mano de obra que rozaba el pleno empleo.
(...)
La disyuntiva está clara: o se trata de mantener la tradicional opacidad estadística sobre el mercado inmobiliario postergando el ajuste vía precios, o se trata de favorecer este ajuste potenciando la entrada de nuevos mecanismos que aporten agilidad y transparencia sobre los precios de las operaciones efectivas, facilitando la realización de activos mediante procedimientos de subasta amplia e informada comparables a los que existen en los mercados bursátiles. En cualquier caso los precios de la vivienda ya están bajando y, por mucho que se haga por ocultarlo, esta bajada acabará evidenciando que el “aterrizaje suave” pronosticado tampoco se observa en los precios de mercado.
Pero cualquiera que sea el contexto mencionado no evita el riesgo al que se ven sometidos las empresas y los hogares implicados, que se ha agravado ostensiblemente con la caída de la actividad económica general, que resultaba previsible dado el gran
peso de la actividad constructiva e inmobiliaria y el panorama incierto de la coyuntura internacional. Aunque, como hemos indicado, el auge inmobiliario contribuyó a extender el virus de la especulación inmobiliaria por todo el cuerpo social, el 65 % de los propietarios de bienes inmuebles escasamente podrán beneficiarse con su venta, ya que (según el Catastro) son titulares de un único bien, normalmente coincidente con su vivienda principal, y el 57 % de la deuda de los hogares corresponde precisamente a la vivienda principal (según la Encuesta Financiera de las Familias (EFF) del Banco de España). Resulta inquietante observar que cerca del 60 % de esta deuda se proyectó sobre la mitad de los hogares con menos patrimonio y que, por término medio, el pago de deudas de los hogares supone el 17 % de su renta disponible, elevándose notablemente este porcentaje entre los hogares con menos renta (este porcentaje supera el 40 % en cerca de la mitad del 20 % de los hogares con menos renta, como puede constatarse en Naredo, Carpintero y Marcos, 2008, p. 182, Cuadro III.1.5.1). Vemos, pues, que son los hogares más pobres y endeudados los que seguirán pagando durante decenios las plusvalías realizadas por otros, aunque sus viviendas bajen de precio.
(...)

Errores de diagnóstico, iresponsabilidad y servilismo
profesionalizado económica.
(...)
Me consta que, entre los economistas más próximos al poder político y/o empresarial, estaba mal visto reconocer públicamente la propia existencia de la burbuja inmobiliaria como no fuera para afirmar, a modo de mantra o conjuro repetitivo, que el “aterrizaje sería suave” a fin de no desanimar a los compradores de inmuebles, ni siquiera en la fase final y más comprometida del ciclo. Recordemos que, hasta que se impuso la evidencia, estuvo vetado hablar de crisis y que quien subrayara los desequilibrios o problemas de la economía española corría el riesgo de ser acusado de antipatriota. Ni los avisos esporádicos del Banco de España, ni los trabajos de algunos analistas aislados pudieron romper, así, el coro de complacencia entonado por los profesionales, empresarios y políticos de un sector y de un país que acostumbran a
premiar la obediencia servil y a despreciar la inteligencia. Pues, paradójicamente, la autocensura implícita se extendió mucho más entre los analistas durante la democracia, de lo que lo hizo la censura burocrática durante el franquismo, dado que entonces se
dibujaba más nítidamente la frontera entre técnicos y políticos.

Disyuntiva de la presente crisis: reconvertir o
apuntalar el actual modelo económico.
(...)
¿Podrán los nuevos estímulos hacer que la situación repunte, sin a penas sanear la situación y sin cambiar las reglas de funcionamiento del sistema? Sin duda, pero el largo período de auge observado recientemente a escala planetaria no tiene visos de repetirse, ya que el nuevo crecimiento económico desembocará en un encadenamiento de burbujas en el que la inestabilidad será la norma. Esta será la consecuencia del predominio cada vez más absoluto de la pugna por la adquisición de riqueza en un juego económico en el que el crecimiento de los agregados podrá avanzar en paralelo con el deterioro de la calidad de vida de la mayoría de la población y de su entorno físico y social.

---o0o---
Teniendo en cuenta que este texto va destinado a la Revista de economía crítica, he de acabar subrayando que la economía crítica no solo ha de diferenciarse de la economía ordinaria por sus enfoques y metas, sino también por su ética profesional. La economía ordinaria se vanagloria de haberse independizado de la moral, pero en realidad hace cada vez más las veces de apologética del statu quo, sacrificando ―como hemos visto― a la complacencia con éste su capacidad de interpretación y predicción y su posible función social. Sin embargo, la economía crítica debe cuidar estas funciones, por mucho que su discurso incomode a los poderes establecidos y sea objeto de ninguneos y represalias. A mi juicio la economía crítica debe hacer gala de una libertad y una ética profesional cuya solidez contraste con el ejercicio de la profesión más servil y acomodaticio a las exigencias del poder que vienen practicando buena parte de nuestros colegas desde las filas de la economía ordinaria, en universidades, empresas, consultorías o administraciones, a menudo, incluso, sin tener clara conciencia de ello.
En suma, que la economía crítica está llamada a dignificar con su ejemplo la profesión de economista y a revitalizar una ética profesional y política que se encuentra bajo mínimos en nuestro país.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Doce carros por la cara

Decenas de jóvenes antisistema asaltan un establecimiento en Barcelona y reparten alimentos entre los ciudadanos.

PERE RÍOS - Barcelona - 20/12/2009

Decenas de jóvenes antisistema saquearon en la tarde de ayer un supermercado en Barcelona y repartieron los alimentos sustraídos entre los vecinos en una acción de protesta contra la crisis económica y la precariedad laboral. La llegada de los Mossos d'Esquadra puso fin al asalto y tras unos minutos de diálogo se marcharon sin que la policía realizara ninguna detención.

"¡Que pague Millet!", gritaban los asaltantes. No hubo detenciones
La acción, que había sido convocada por la Asamblea de Parados de Barcelona, se inició pasadas las seis de la tarde en el supermercado de la cadena Caprabo-Eroski, situado en la plaza de Llucmajor, en el barrio obrero de Nou Barris. De manera coordinada, varios jóvenes entraron en el establecimiento y llenaron 12 carros con productos de primera necesidad, como pasta, arroz, embutidos y conservas, y alguna botella de vino.

Cuando los carros estaban repletos, los jóvenes se acercaron a las seis cajas registradoras del centro y todos los productos pasaron por el lector de códigos de barras. A la hora de pagar desvelaron a las cajeras que no pensaban hacerlo, por lo que se crearon unos instantes de desconcierto que fueron aprovechados por algunos clientes para pasar por caja sin abonar tampoco el contenido de sus carros de la compra. Mientras tanto, los jóvenes antisistema empezaron a repartir los productos sustraídos entre los vecinos del barrio, que habían sido alertados por los saqueadores con dos megáfonos.

El reparto acabó cuando llegaron diversas patrullas de los Mossos d'Esquadra, que retuvieron a los jóvenes a la entrada del supermercado. Entre las cajas registradoras y la puerta de salida se agolparon los alimentos y los asaltantes, quienes requirieron a la dirección del centro para que continuara el reparto. Como era previsible, no lo consiguieron, pero los jóvenes se dieron por satisfechos.

Su acción había quedado registrada por las cámaras de seguridad del centro, igual que el comportamiento de algunos clientes que aprovecharon la protesta para no pagar la compra.

"No nos hemos llevado ningún producto a casa. Hemos repartido los que hemos podido y los que no, se han quedado dentro", explicó uno de asaltantes. Los mossos permitieron su salida del supermercado sin cachearlos, mientras los empleados y los mismos policías se apresuraron a reponer las bolsas con los productos sustraídos para que el establecimiento recuperase la normalidad de manera rápida.

Y así fue. Pasadas las 19.15 no quedaba rastro del saqueo. "¡Que pague Millet!", coreaban en el exterior los jóvenes, en alusión al que fuera presidente del Palau de la Música, Félix Milet, que ha confesado ante el juez un saqueo de más de tres millones de euros y que está en libertad por decisión del magistrado."

Doce carros por la cara · ELPAÍS.com

sábado, 19 de diciembre de 2009

viernes, 18 de diciembre de 2009

PAU de Alicante. San Blas










































No hay ni un alma en la calle, ni ambulatorio ni ná...Un supermercao líder y competitivo pa comprar polladicas de plástico y adornar la casa de folletás.

8000000000 michones de euros por un piso de estos.







jueves, 17 de diciembre de 2009

La Sexta prepara el 'reality' 'Generación ni-ni'

Ángel Fernández | Madrid

Jóvenes intransigentes, impacientes, intolerantes, carentes de cualquier sentimiento de generosidad, de solidaridad o de gratitud. Chicos y chicas que desconocen los conceptos de sacrificio, honestidad, esfuerzo, responsabilidad, compromiso y superación. Éstos son los perfiles que busca La Sexta para su nuevo 'docu reality' 'Generación ni-ni' (ni estudian ni trabajan ni nada de nada), producido por Bainet y dirigido por Roberto Ontiveros, ex director de 'Gran Hermano'.

Ontiveros, fichado recientemente por la productora de Karlos Arguiñano, recupera el punto de partida que ya probó La Sexta con 'De patitas en la calle' (tres jóvenes vivían en un 'loft' con lo básico y tenían que buscar trabajo para subsistir y superar los retos que les planteaban sus padres y el equipo del programa). Su estreno el 7 de septiembre registró un 7,5% de cuota de pantalla, pero poco a poco fue perdiendo fuelle.

Roberto Ontiveros. | Justy García

Roberto Ontiveros. | Justy García

"Aunque no funcionó, el concepto del programa había gustado tanto a Bainet como a La Sexta y me propuse revisitarlo, es decir, dar vueltas a esa realidad de jóvenes que viven en un mundo ajenos totalmente al de sus padres y a los que no les motiva ni les preocupa nada", comenta Ontiveros a este diario.

El punto de partido para desarrollar, contextualizar y dar una vuelta de tuerca a 'De patitas en la calle' y diseñar 'Generación ni-ni' fue una encuesta de Demoscopia, según la cual, el 15% de los jóvenes españoles entre 16 y 24 años ni estudia ni trabaja, y el 54% de los españoles situados entre los 18 y los 34 años (es decir, más de la mitad de la juventud) dice no tener proyecto alguno por el que sentirse especialmente interesado o ilusionado. "Es una estadística realmente demoledora", confiesa Ontiveros.

El planteamiento de 'Generación ni-ni' es que durante un tiempo estimado de tres meses, ocho o 10 jóvenes, de entre 16 y 25 años, estarán alejados de sus familias, aunque en contacto con ellas, para vivir un proceso de reeducación terapéutica, lejos de las circunstancias que han hecho que su proceso de socialización no sea el óptimo para desenvolverse de una manera normal. "La novedad fundamental es que por primera vez en este tipo de formato, un grupo de especialistas –terapeutas, psicólogos...– va a convivir con los jóvenes". Ontiveros hace alusión a otros 'coach' (programas de autoayuda) como 'Hermano mayor', 'SOS adolescentes' o 'Supernanny', en los que el especialista va, da los consejos, marca las pautas a seguir y se marcha.

Durante ese tiempo vivirán en un centro que asemeja ser una casa normal. En ella habrá normas y tendrán responsabilidades y tareas. Además, para poder comer tendrán que trabajar. Los chicos se someterán al régimen que marquen los educadores por expreso deseo de sus progenitores y no volverán a casa hasta que la dirección del centro y sus padres estén de acuerdo. Pero no es un reformatorio.

"Otra diferencia sustancial", precisa Ontiveros, "es que los jóvenes que participan no vienen por 'motu propio' ni para ser estrellas de la televisión, sino que son enviados por sus propios padres". Y tiene otro elemento distintivo respecto a otros realities tipo 'Gran Hermano', 'Pekín Express' o 'Fama': no hay ni nominaciones ni expulsiones. "Saldrán cuando crean que ya han encontrado un motivo, una razón para vivir".

El que fuera durante siete ediciones alma mater de 'GH' está preparado para recibir críticas sobre este nuevo ensayo (¿sociológico, pedagógico?) televisivo. "Es inevitable, pero sigo reivindicando el 'reality' porque es un género más de la tele. Es un formato rico y aún hay mucho río en él para poder navegar".

Y en ese espíritu de seguir innovando está inmerso, porque a la pregunta de si 'Generación ni-ni' tiene algún punto en común con el recién finalizado 'Curso del 63', Ontiveros primero reconoce que se divirtió mucho con él, que le pareció "una idea brillante". A continuación establece la correspondiente distancia: "En ese programa todo era falso menos las reacciones de los chavales. En el nuestro nada va a ser falso".

Pero la tele es espectáculo y ésta a veces deforma lo que se pretende presentar como realidad. Y aunque a veces resulta difícil distinguir qué es verdad y qué es mentira en muchos de los formatos de televisión, Ontiveros sostiene que en 'Generación ni-ni', ni el proceso terapéutico ni la convivencia de los chicos ni los encuentros o desencuentros entre los tutores y los chavales va a ser ficción. "En esa plasmación fiel de la realidad está lo emocionante del programa. Nosotros pondremos nuestra sal y pimienta para que tenga los necesarios destellos televisivos".

Esta semana La Sexta comenzará a emitir los 'spots' para la elección de los jóvenes que no pretende seguir las pautas de otros 'realities'. "No buscamos a chicos conflictivos ni violentos. Queremos que sean los propios padres los que vengan y nos digan: 'Tengo un hijo que se encierra en su mundo, no se relaciona con nadie y no le ilusiona nada'".

Y en cuanto al casting de los terapeutas, ya han comenzado a sondear a reconocidos profesionales, tanto para pedirles su opinión como para explicarles cuál sería su cometido en esta aventura. Si todo marcha como tienen previsto Ontiveros, Bainet y La Sexta, a primeros de enero de 2010, la 'Generación ni-ni' estará en la parrilla.

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/11/21/television/1258830344.html

El diluvio que viene

Subastas judiciales. El diluvio que viene





Hoy se celebra el encuentro de Jesús Álvarez Plaza con los internautas en la plataforma de El Mundo y me encuentro con estos dos artículos de prensa en los que el protagonista es Jaime Álvarez, el otro gerente de Pública Subasta

Qué interesante el toque demagógico de ADICAE, al final de ambos artículos, considerando que es una vergüenza que el gobierno siga dando dinero a los bancos a pesar de que estos continúan embargando viviendas. Digo yo que los bancos tendrán que instar las ejecuciones hipotecarias si quieren recuperar algo del dinero que prestaron y si no lo recuperan entrarán en bancarrota (si no lo están ya) y la cosa será aún peor.

El caso es que la realidad es escalofriante:

1- Durante el año 2.007 hubo 25.943 familias que perdieron su vivienda por embargos judiciales.
2- En el año 2.008 fueron 58.686 las familias que la perdieron.
3- En los seis primeros meses de 2.009 la cifra ya iba por los 66.371 y se espera que cuando acabe el año unas 82.000 familias la hayan perdido.
4- El pronóstico para el 2.010 es de 250.000 embargos judiciales ¿Está bien esta cifra? ¿Seguro que no es una exageración? Si es así preparémonos para oír los tambores de guerra, porque no puede ser que tanta gente pierda su casa y no llegue a correr la sangre por las calles.

La opinión de Jaime Álvarez es que el drama de estas familias embargadas se generó hace un año o más, cuando dejaron de pagar sus hipotecas y yo mismo recuerdo que antes de la caída de Lehman Brothers aquí no pasaba nada y la crisis era algo que afectaba solo a los países de segunda división, nosotros estábamos en primera, je-je.

El caso es que lo realmente gordo vino a continuación y esos despidos aún no han provocado subastas de hogares. Se junta el hecho de que se esperan subidas de tipos de interés y por tanto de las letras de las hipotecas. Y finalmente la desgracia de que aquellos que fueron despedidos por esas fechas van a dejar de percibir el desempleo muy pronto, por lo que Jaime Álvarez pronostica una cifra de impagos de hipotecas astronómica e imprevisible.

Hay un dato que a mí me ha dejado perplejo, que es el de los procedimientos hipotecarios recibidos en noviembre en el Juzgado de Primera Instancia nº32 de Madrid, nada menos que 3.000 procedimientos solo en ese mes, cuando en los años más duros de la crisis de los noventa, este mismo juzgado no llegó a recibir más de tres mil y pico demandas al año.

La que se nos viene encima es de aúpa, y concretamente los juzgados deben estar a punto de petar.

Ya no me extrañan las caras de vinagre que les veo últimamente.

http://www.rankia.com/blog/subastas-judiciales/

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Popurrí de fotos

















Balada triste de trompeta





Ya está funcionando el blog Balada triste de trompeta de Alex de la Iglesia.
http://baladatristedetrompeta.blogspot.com/

No se libran ni los ayuntamientos: el de Jerez anuncia un ERE para despedir a 300 trabajadores

No se libran ni los ayuntamientos: el de Jerez anuncia un ERE para despedir a 300 trabajadores
Imagen del Ayuntamiento de Jerez.

Los trabajadores públicos tampoco se salvan de la quema. En el Ayuntamiento de Jerez, el quinto más importante de Andalucía, la noticia de un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) ha caído como un jarro de agua fría. Trescientos trabajadores irán a la calle. ¿La explicación? Una deuda de 700 millones de euros que asfixia al equipo de Gobierno municipal, comandado por Pilar Sánchez (PSOE).

El ERTE se prolongaría dos años y supondría un ahorro de 10 millones de euros, más de un tercio de lo que figura en el Plan de Viabilidad Económica para el periodo 2010-2012. En este plan se prevé un ahorro de 28 millones de euros. El Ayuntamiento de Jerez emplea a más de 2.000 trabajadores que suponen un gasto de 111 millones de euros anuales.

Este Expediente de Regulación Temporal de Empleo tiene que ser ratificado por la Junta de Andalucía, ya que la administración autonómica tendría que desembolsar entre el 60% y el 70% del ERTE, según el secretario local del PSA (Partido Socialista de Andalucía). Este partido denuncia que la alcaldesa ha contratado a 26 asesores que reciben unos honorarios de 2,4 millones de euros, como figuran en los presupuestos municipales.

El PP cree que la estrategia del Ayuntamiento de Jerez se basa en una medida "improvisada" para tratar de garantizarse una nueva moratoria en el pago de la deuda con la Seguridad Social. En el caso de no desembolsar el dinero el Gobierno municipal ya no recibiría los fondos de inversión estatales de la segunda fase del Plan E y de otro tipo de subvenciones. Los socialistas, según los populares, han dejado de invertir 120 millones de euros en el último año y en torno a 400 millones desde 2005.

La medida de ejecutar un ERTE resultará claramente insuficiente para aliviar la deuda a corto plazo. Las previsiones apuntan a que el Ayuntamiento de Jerez seguirá al menos otros 25 años con ‘números rojos’. La empresa municipal en una situación financiera más delicada es Aguas de Jerez (Ajemsa), que acumula una deuda de 97 millones de euros. En Jereyssa, la empresa de recaudación, la deuda se sitúa en 1,5 millones de euros.

El profundo agujero de Onda Jerez

Caso aparte es el caso de Onda Jerez, la radio y televisión municipal, una de las primeras ‘teles’ locales de España, creada por el ex alcalde Pedro Pacheco. Este medio soporta un ‘agujero’ de tres millones de euros. La deuda ha aumentado en Onda Jerez un 600% en los últimos cinco años. Según la oposición, cuesta al año dos millones de euros entre subvenciones y pérdidas.

Además de las entidades financieras, las empresas concesionarias son las principales acreedoras del Ayuntamiento: la empresa de autobuses urbanos, Cojetusa, a la que se deben casi 24 millones de euros; la de limpieza y recogida de basuras, Urbaser, que reclama alrededor de 30; o la de parques y jardines, Teconma, con unos 18 millones de euros.
http://www.cotizalia.com/en-exclusiva/ayuntamiento-jerez-ere-despedir-trabajadores-20091216.html

Las condiciones que recoge la propuesta inicial realizada por el gobierno local incluyen que los empleados que se acojan al ERTE de carácter voluntario percibirán el 100% de su salario durante los dos años en los que se aplique...
http://www.diariodejerez.es/article/jerez/587548/la/amplia/mayoria/los/sindicatos/aprueba/negociar/erte/ayuntamiento.html

martes, 15 de diciembre de 2009

Pensionistas malagueños, en la ruina por sus hijos









Los impagos de préstamos e hipotecas comienzan a arrastrar a padres que figuran como avalistas. Seis mil familias podrían perder sus pisos por deudas de sus vástagos

M. ÁNGELES GONZÁLEZ | MÁLAGA

Más de 7.500 jóvenes malagueños no pueden hacer frente a la hipoteca, según un estudio de Diputación
La crisis les afecta, como a todo el mundo, pero no pensaban que les golpearía tan de lleno por algo que se considera casi una obligación natural: ayudar a sus hijos. Lo hicieron hace dos o tres años, cuando las entidades financieras les exigían un aval para concederles la hipoteca o un préstamo para comprar un coche o hacer una reforma. Sus contratos, generalmente precarios, no eran suficiente garantía para el banco y sus padres se ofrecieron como fiadores.
Hoy, las consecuencias están resultando dramáticas para muchos de estos avalistas que, en algunos casos, han llegado a perder sus viviendas o están a punto de hacerlo porque sus hijos se han quedado en paro y no pueden asumir las cuotas. Arrastrados por las deudas de sus hijos, son sus progenitores, mayoritariamente pensionistas, los que terminan pagando el pato. Su vivienda, generalmente sin cargas, se convierte en el objetivo de las entidades financieras, que no dudan en cobrarse con ellas el importe que sus vástagos no han satisfecho.
Tasación
En las asociaciones de usuarios de banca ya han atendido alguno de estos casos en la provincia, «que van a más», según indica Alfredo Martínez, delegado de la Asociación de Usuarios de Banca (Ausbanc) en Málaga, que explica que la caída del precio de la vivienda hace que el valor de la finca no sea suficiente para pagar la deuda hipotecaria, por lo que las entidades «van a por los avalistas, que suelen ser los padres, que responden con todos los bienes, casa incluida».
Esta circunstancia, según explica Martínez, es exclusiva de esta crisis, ya que en las anteriores, como la de los 90, «la vivienda seguía valiendo mucho más que los préstamos que estaban sujetos a los inmuebles». Así, al dejar de pagar el crédito, «la casa se malvendía por más de la deuda pendiente».
Antes de llegar al extremo de perder la vivienda, lo habitual es que los propietarios del inmueble hipotecado vuelvan a casas de sus respectivos padres para ahorrarse los gastos de mantenimiento. «Siguen pagando el préstamo, pero llega un momento en el que no pueden hacerlo y es cuando los progenitores se hacen cargo de las cuotas», señala el responsable de Ausbanc.
Sin embargo, en muchos casos se trata de pensionistas que con su prestación tienen que mantener a sus hijos o nietos que han regresado al hogar. Cuando la economía no da más de sí, llegan los impagos y comienza a planear sobre ellos la sombra del embargo. En primer lugar, sobre la vivienda hipotecada y, después, sobre la del avalista, aunque cabe la posibilidad, según explica Martínez, de que el banco eluda el proceso de ejecución contra la casa hipotecada y «le reclame directamente a los fiadores el importe del préstamo pendiente, aunque no es lo habitual».
Para evitar la ejecución hipotecaria, la negociación con el banco o caja en cuestión se presenta como la mejor alternativa. Normalmente, los bancos «intentan llegar a una fórmula de pago porque lo que quieren es dinero». Pero no siempre funciona este último cartucho. Y la prueba de ello es que los casos de padres que están a punto de perder sus inmuebles es ya un fenómeno real. Cáritas puede dar fe de ello. Allí son testigos a diario de los efectos devastadores de la crisis y en la memoria de la responsable de Acción Social, Encarna Alonso, está grabada la historia de un malagueño que estaba a la espera de que su piso saliera a subasta por avalar a su hijo para la compra de su primera vivienda. «El hijo trabajaba en la construcción y perdió su empleo. Se fue a vivir con su padre, que tenía una pensión pequeña que no le permitía asumir las cuotas del préstamo», recuerda.
Aunque se trata de un fenómeno no muy numeroso en la actualidad, todo apunta a que irán en aumento los padres que tendrán que pagar con sus bienes la precaria situación económica de sus descendientes. En abril, un estudio encargado por la Diputación concluyó que 7.553 hogares jóvenes hipotecados de la provincia estaban convencidos de que no podrían hacer frente al pago del préstamo en los meses siguientes, por lo que podrían tener que devolver su vivienda al banco.
Hogares en riesgo
Según el delegado de Ausbanc, hoy habría que sumar otros mil casos más, y de estos, se podría estimar que alrededor del 80% habrían puesto a sus progenitores como avalistas al tratarse de personas con contratos precarios o en la construcción. Esto significa que más de 6.000 padres podrían perder su vivienda por impagos de sus hijos.
En este sentido, en Adicae también han atendido a numerosas parejas jóvenes que fueron avaladas por sus padres «y cuya propiedad está peligrando», como explica Mónica Reinaldo. «Muchos padres están asumiendo el pago de las cuotas de sus hijos, igual que los abuelos se hacen cargo de los nietos», dice.
La petición de préstamos personales para comprar un coche o hacer una reforma también se están convirtiendo en una auténtica pesadilla para algunos progenitores malagueños. En el despacho de Hortensia Laqué, letrada de Garrigues, ya han atendido a familias a las que el banco les requiere su casa ante la morosidad de algún hijo. En este caso son préstamos de 15.000 a 80.000 euros y, al tratarse generalmente de pensionistas, terminan perdiendo la casa «porque no tienen liquidez».

http://www.diariosur.es/20091109/malaga/pensionistas-malaguenos-ruina-hijos-20091109.html