lunes, 30 de mayo de 2011

La Gran Cloaca (II)

La Gran Cloaca (II)
Por: ciudadanos-de-espartinas

Enrique Sarasola Lerchundi – María Cecilia Marulanda Ramírez

De Narcos, Gobiernos y otros Negocios.

En la última entrada les recomendábamos un libro que desvelaba la protección política, bancaria y empresarial de uno de los mayores narcos vivos: El Chapo Guzmán.



Hoy, a partir de una de las familias de la red colombiana del Chapo, les invitamos a retrotraernos hasta los años 80 para repasar algunas de las relaciones de Pablo Escobar, el mayor narcotraficante conocido de la historia.

La red colombiana del Chapo



Hace unos días, la prensa de ultramar publicaba que el Departamento del Tesoro de EEUU había incluido en su lista de narcotraficantes al colombiano Jorge Milton Cifuentes Villa y a más de 70 individuos y entidades de su grupo, por sus vínculos con el cartel mexicano de Sinaloa que lidera el “fugado” Joaquín Guzmán Loera, alias "El Chapo".

Jorge Milton Cifuentes es hermano de Francisco Iván Cifuentes Villa (Pacho Cifuentes), quien se inició en el tráfico de cocaína junto a Pablo Escobar Gaviria, el Rey de la cocaína, convirtiéndose en uno de sus pilotos y hombres de confianza. Según la versión oficial, “Pacho” Cifuentes fue asesinado en su finca en Caucasia, Antioquia, por órdenes de la autodenominada "Oficina de Envigado" el 23 de Abril de 2007.

Las conexiones políticas de Pablo Escobar



Aunque en su día hablamos de las relaciones del ex presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez con el capo Pablo Escobar y el Cártel de Medellín, no está de más recordar aquí esas relaciones a través de un artículo de Diario Siglo XXI:

Un informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos (EEUU), fechado en septiembre de 1991, da cuenta de las relaciones del presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, con el cartel de Medellín y con el paramilitarismo. El relato de estos hechos fue publicado por la revista Newsweek el 9 de agosto de 2004, en una nota redactada por los periodistas Joseph Contreras y Steven Ambrus, titulada "De la lista negra a la lista de favoritos".

Newsweek hace referencia a un documento desclasificado, un informe de inteligencia del Departamento de Defensa estadounidense, que "indica quién es quién en el negocio de la cocaína de Colombia". La lista, que comienza con el otrora jefe del cartel de Medellín Pablo Escobar, incluye a 104 "delincuentes, asesinos, traficantes y abogados sospechosos, hasta llegar al puesto 82: Álvaro Uribe Vélez, político y senador colombiano dedicado a colaborar con el Cartel de Medellín en instancias de alto nivel del Gobierno".

De acuerdo con la cita que hace Newsweek del Informe de Inteligencia, "Uribe estuvo ligado a un negocio involucrado en actividades narcóticas en Estados Unidos (…), ha trabajado para el Cartel de Medellín y es amigo cercano de Pablo Escobar Gaviria”. Como se sabe, Escobar murió en un enfrentamiento policíaco en 1993 y Uribe es el presidente de Colombia.



De las conexiones españolas de Pablo Escobar Wikipedia aporta lo siguiente:



En cuanto a sus relaciones con España, destaquemos que Pablo Escobar fue invitado a la toma de posesión de Felipe González como Jefe de Gobierno en España, en 1982 por el empresario español Enrique Sarasola, quien tenía negocios importantes en Medellín.

Enrique Sarasola Lerchundi, los negocios españoles en Medellín, Pablo Escobar, el Cártel de Medellín y los Clanes Gallegos del Narcotráfico.



En Genealogía Colombiana Volumen I, el historiador Julio César García Vasquez nos desvela las interesantes conexiones familiares de Álvaro Uribe.

En uno de los apartados que reproducimos aquí, García Vasquez hace expresa referencia a Enrique Sarasola y a su esposa María Cecilia Marulanda Ramírez.

Interesa destacar que, según García Vasquez, en el viaje que realizó Pablo Escobar Gaviria a España invitado por Enrique Sarasola, el capo del Cártel de Medellín hizo contactos con el Cártel de Galicia, gracias a la colaboración de Antonio Cebollero y Campo y que la amistad entre ambos cárteles de la droga fue consolidada por Ramón Matta Ballesteros (del que hablaremos en una próxima entrada).

0.6.19 Álvaro Uribe Vélez - Pablo Escobar Gaviria - Carlos Pizarro León Gómez - Enrique Sarasola Lerchundi - Los Londoño White - José Roberto Arango Pava

Respectivamente Inés y María de los Dolores Arango Isaza, vienen a ser:

De Inés:

- Es nieta Cecilia Restrepo Grillo, casada con Rafael Restrepo González, primo hermano de Darío Moreno Restrepo, el suegro de Álvaro Uribe Vélez.

- Es bisnieta Marta Cecilia Peláez Restrepo, casada con el miembro del Cartel de Medellín Santiago Londoño White, cuñada de Diego Lo ndoño White, quien fue también del Cartel de Medellín y gerencio el Metro de Medellín, negocio en el que estuvo involucrado Enrique Sarasola Lerchundi; concuñada de José Roberto Arango Pava, socio de Álvaro Uribe en El Gran Banano.

- Es bisnieta María Cecilia Marulanda Ramírez, esposa de Enrique Sarasola Lerchundi, broker de Felipe González y quien invitó a Pablo Escobar Gaviria y a Alberto Santofimio Botero a Madrid, en octubre de 1982 para un homenaje que le realizaban a Felipe González; Sarasola igualmente estuvo muy vinculado a los negociados del Metro de Medellín y de la Hidroeléctrica del Guavio. En este viaje que realizó Pablo Escobar Gaviria a España, hizo contactos con el Cartel de Galicia, gracias a la colaboración de Antonio Cebollero y Campo, quien unos meses después realizaría el robo de los US$13.5 millones al Banco de la República. (Se complementa la información en el numeral 1.33), la amistad entre el Cartel de Galicia y el Cartel de Medellín, luego la consolidó Ramón Matta Ballesteros. Este Cartel de Galicia fue el que les colaboró en la formación del comando autodenominado Hernán Botero Moreno (ver diagrama 0.6.58) y trató de asesinar con 5 disparos en Budapest, al ex ministro de Justicia Enrique Parejo Gonzalez.

En el Volumen II de Genealogía Colombiana, Julio César García Vasquez relata cómo, en 1983, Enrique Sarasola reunió en el Jockey de Madrid al equipo formado por empresas españolas y alemanas que sería favorecido en la licitación del Metro de Medellín.

Entre las españolas figuraban Entrecanales y Tavora S.A., Construcciones y Contratas S.A. y Ateinsa, mientras por la parte alemana se encontraban Siemens, Man y Dicherhoff & Widman.

Por su parte, el 5 de Junio de 2001, el digital El Colombiano publicaba un extracto del libro El dinero del poder, de José Díaz Herrera y Ramón Tijeras sobre Sarasola y sus negocios en Medellín.

Reproducimos a continuación el artículo.

Sarasola, el aventurero que organizó la trama



De fabricante de ruedas plásticas en Medellín a tesorero del PSOE y ambicioso millonario.

(...) "Nacido en un ambiente universitario de provincias, en el seno de una familia de derechas de San Sebastián, Enrique Sarasola ha sido toda su vida un aventurero".

(...)"De estatura más bien baja, algo regordete, pero de carácter abierto e inquieto, a los 18 años se va a Colombia en un barco. Como la mayoría de los emigrantes españoles, él también quiere hacer las Américas.

La vida allí es dura. En los primeros meses, Sarasola se gana el sustento como vendedor de zapatos para el empresario judío Jaime Gontowit, trabaja para la empresa Price Waterhouse, crea una sociedad de caucho en Medellín -la base de operaciones de las más poderosas organizaciones criminales del mundo, ligada al tráfico de cocaína- y acaba como casi todos los emigrantes que quieren hacer dinero fácil: vendiendo fondos mutuos de empresas americanas.

El 8 de junio de 1963, el empresario vasco y su socio José Félix de Rivera, otro destacado militante del PSOE, crean la sociedad International Securities Corporation (Iseco), con domicilio en Curacao, y comienzan a vender bonos a través de una empresa inscrita en Nassau (Bahamas).

El negocio va viento en popa. En Hispanoamérica se desata la fiebre por el dinero y todo pequeño ahorrador que tiene unos cuantos dólares en el bolsillo quiere sacarlos fuera del país con rapidez y colocarlos en los Estados Unidos a través de la tupida red de paraísos fiscales caribeños.

El amigo del presidente González participa también de esa euforia y llega a abrir 28 oficinas de su empresa en 20 países diferentes, que dan trabajo a varias decenas de empleados".

Caída de incautos

Los malos tiempos llegan. (...)"Miles de personas de las clases más modestas, entre ellos numerosos colombianos, quedan en la ruina"...

(...)"Enrique Sarasola, que en 1966 se había casado con María Cristina Marulanda, hija de Alberto Marulanda Grillo, uno de los principales terratenientes de Colombia, y accionista de la compañía aérea Avianca, cierra también el negocio y regresa a España, con lo que termina su aventura colombiana".

Ya en España, en 1967, Sarasola alquiló unas oficinas en la Gran Vía de Madrid y al frente pone al barranquillero Lácides Leonardo Luque Cervantes, a quien llaman cojonudito de Barranquilla, de Rivera y Sarasola se dedican a la venta de bonos norteamericanos, a través de Crédit Luxemburgois.

Poco después conoce a Felipe González y se convierte al felipismo. El político y el aventuro fueron cada vez más cercanos. Y fue por medio de esas relaciones que tuvo noticias del Metro de Medellín y cómo tejió nuevos lazos con Colombia y con algunos de quienes tenían en sus manos la decisión para ejecutarlo. Como pudo, se acercó a ellos y logró su cometido.

Atraídos como moscas

"Belisario Betancur había llegado a la presidencia de la República de Colombia en mayo de 1982 apoyado por poco más de tres millones de votos -el 46 por 100 de los sufragios, pero esperaba abandonar el cargo como uno de los presidentes más populares del país.

En los primeros años de su mandato integraría a Colombia en el bloque de los no alineados, negociaría con la guerrilla M-19 y, para consagrarse de cara a las generaciones futuras, se empeñaría en construir el Metro de Medellín.

Probablemente, cualquier ingeniero civil, con una formación no muy profunda, se habría dado cuenta en seguida de que el proyecto era titánico y descabellado para un país como Colombia, con otras necesidades más acuciantes. Pero Betancur no era ingeniero".

Su gobierno abrió un concurso internacional. "El contrato era, en relación con la cantidad de dinero que se iba a invertir, el más importante de la historia del país andino".

Se trataba de 650 millones de dólares (117.000 millones de pesetas de la época) cifra jugosa para contratistas internacionales capaces de ejecutar el proyecto. "Atraídos como las moscas a la miel, once empresas y consorcios internacionales, respaldados por seis países, acudieron a la convocatoria".

Margaret Thacher envió a Colombia al ministro de Comercio Exterior. Franceses y norteamericanos ofrecieron créditos. Un ministro y el embajador alemán viajaron a Medellín. "Los germanos tomaron más café que cerveza". Y los belgas fueron más osados porque mandaron al príncipe Alberto con maletas llenas de regalos.

La pelea por el contrato del siglo fue "más que un concurso para una obra de ingeniería civil, parece una película de gánsters", comentó un testigo.

Al final, con la asesoría de Electrowatt fueron favorecidas las empresas apoyadas por Sarasola Lerchundi: Ateinsa, Siemens, Entrecanales y Construcciones y Contratas. Tras las críticas, Betancur ordenó una investigación que acabó con la destitución del procurador encargado de hacerla.

Enrique Sarasola Lerchundi, Pichirri, el hombre que en 1958 en Fabricaucho hacía rueditas de goma para muebles y neveras, necesitaba mucho dinero para dedicarse a sus dos pasiones: el boxeo y los boleros.

Amigo de Carlos Andrés Pérez, Omar Torrijos, Julio César Turbay Ayala, el almirante Luis Carrero Blanco, José López Portillo y de muchos ostentadores de poder y de millones.

En su finca El Espinar, de Segovia, instaló la yeguada más importante de España. Allí "pueden encontrarse sementales comprados al armador griego Niarchos, y procedentes de las cuadras de la reina de Inglaterra y del legendario Aga Kan.

Tomado del libro El dinero del poder, de José Díaz Herrera y Ramón Tijeras.

Con motivo del fallecimiento del empresario guipuzcoano Enrique Sarasola, el 3 de Noviembre de 2002 el diario ABC publicaba un artículo del que extraemos estos párrafos:

“Nacido en San Sebastián el 24 de agosto de 1937, recibió a la edad de veinte años una oferta de empleo de la auditora Price Waterhouse para trabajar en Colombia, Indochina o Francia. Eligió Colombia y a los dos años de estar allí creó su propio negocio, una fábrica de plásticos, y más tarde una fundición entre las ciudades de Bogotá y Barranquilla. Posteriormente se hizo agente de la Bolsa de Nueva York con la compañía Keystone Funds, donde llegó a abrir 28 oficinas entre Iberoamérica y Europa, informa Efe.

Regreso a España

A su regreso a España, en 1970, emprendió diversos negocios a partir de su primera sociedad, «Inversiones, Servicios y Comercio» (ISECO). En 1971, impulsó y financió el nacimiento de la revista «Cambio 16».

Sarasola conoció a Felipe González en 1974 y acompañó en numerosas ocasiones al ex presidente del Gobierno en sus viajes por América. Se dice que fue él quien puso en contacto al entonces presidente del Gobierno con algunos líderes del continente, como el venezolano Carlos Andrés Pérez, el ex presidente panameño Omar Torrijos o el también ex presidente colombiano Julio César Turbay.

Su actividad empresarial se distinguió por la variedad de los negocios que emprendió: desde el sector de las exportaciones mediante la comercialización de excedentes agrarios por medio de la sociedad Intermun; pasando por el armamentístico, participando en la venta de vehículos blindados BMR a Egipto; o el de las importaciones a través de la adquisición de cemento rumano que luego vendía en España para irritación de las empresas nacionales.

Por lo que respecta al mundo financiero, estuvo relacionado con Alberto Cortina y Alberto Alcocer e intervino en la operación que permitió a «Los Albertos» intercambiar los terrenos de la Plaza de Castilla en Madrid (Torres Kio) por un importante paquete de acciones del Banco Central.

Sarasola declaró como imputado el pasado mes de diciembre por el cobro de comisiones próximas a los 34 millones de euros por la compra-venta de esos terrenos, aunque él lo negó.

El 3 de noviembre de 1994 declaró ante el entonces juez de la Audiencia Nacional Miguel Moreiras como por un presunto delito de evasión de dinero negro a partir de un director del Banco de Gestión Financiera. Tras tomarle declaración, el magistrado le dejó en libertad sin cargos.

Ese mismo mes, el escritor José Luis de Vilallonga comentó que el empresario contribuyó a enriquecer a Felipe González con motivo de la construcción del metro de Medellín. Sarasola negó este hecho rotundamente y lo enmarcó dentro de la campaña de desprestigio dirigida contra él por su amistad con González.

Asimismo, en noviembre de 1999 se celebró un juicio contra él por presuntos delitos de estafa y alzamiento de bienes en la Sociedad Española de Banca de Negocios. El fiscal pidió que fuera condenado a dos años de cárcel.

Más recientemente, en su edición del 26 de Junio de 2009, el diario Público informaba de que Enrique Sarasola Lerchundi figuraba todavía en el consejo de administración de Procasa, promotora que comparte intereses con Proyectos Inmobiliarios Residenciales, una de las sociedades de Jacobo Gordon, el ex socio de Alejandro Agag (yerno del ex presidente del Gobierno José María Aznar) imputado en la trama Gürtel.

Los círculos políticos, sociales y profesionales en los que se desenvolvía Enrique Sarasola son tan apasionantes que a partir del entorno familiar de la que fuera su secretaria llegamos a “los Albertos” (Alcocer y Cortina) y a Abdul Rahman El Assir, uno de los traficantes internacional de armas implicado en la red de blanqueo de la Operación Hidalgo de Marbella (Bufete Cruz Conde), ex cuñado de Adnam Kashoggi y relacionado con Alejandro Agag en la venta de armas.

De El Assir y sus conexiones con el Caso Hidalgo, con Alejandro Agag y el BPN, con el Karachi Gate y con otras tramas internacionales de tráfico de armas y blanqueo hablaremos en otra ocasión.

De momento quedémonos con lo que publicaba Paloma Barrientos en el suplemento “rosa” de El Confidencial:

Y entre estas amistades se encuentra Veva Fernández Longoria, que es la mujer rubia que aparece fotografiada con Marichalar en la playa de Sotogrande, donde el ex duque ha pasado parte de sus vacaciones.

Longoria, que nada tienen que ver con la actriz norteamericana, es cuñada de Alfonso Alcocer y de Miriam Lapique y prima política de Alberto Cortina. Hija del diplomático fallecido Carlos Fernández Longoria, embajador en El Cairo, trabajó a las órdenes de Enrique Sarasola y estuvo casada con José Luis Alcocer, del que enviudó hace unos años. Tiene dos hermanas, Cristina y María, está última casada a su vez con Abdul Rahman El Assir, uno de los amigos de nueva hornada del rey y con casa en Sotogrande.

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